Sus aguas representan la unión de dos océanos, el Pacífico y el Atlántico, que generan un frente productivo en donde habitan, migran y se alimentan distintas especies en estado vulnerable o en peligro de extinción, como el huillín, la ballena jorobada y el pato vapor común. Además, se encuentran en la zona vestigios de la cultura Haush, evidencias de más de 500 naufragios, e infinidad de especies de flora y fauna marina y terrestre.
La razón por la cual el extremo oriental de Tierra del Fuego funciona como una “aspiradora” de carbono es por la particularidad del ecosistema, compuesto en gran parte, como ya se dijo, por las turberas. Las turberas son ante todo un tipo de humedal. Cubren solo el 3% de la superficie terrestre del planeta.

El vuelo de un Petrel, por encima de las aguas del Beagle, en la Península Mitre. FOTOS: REWILDING
Las turberas en el mundo capturan el 30% del carbono del suelo, y el doble de lo almacenado en la biomasa vegetal. El carbono almacenado en las turberas es equivalente al 75% del CO2 atmosférico. Aparte de este formidable almacenaje de carbono, no apreciable en otros ecosistemas terrestres, también albergan el 10% del agua dulce del planeta y previenen inundaciones.
Expedición la delgada línea azul. Midiendo la densidad de los bosques de macroalgas e instalando cámaras trampa para detectar presencia de Huillines en la Península Mitre. FOTOS: REWILDING
El descubrimiento de Popper
La denominación de Península Mitre fue impuesta en 1887 por Julio Popper (1857-1893), un ingeniero rumano que llegó a la Argentina a los 28 años y uno de los primeros blancos en recorrer algunas partes de Tierra del Fuego. Fue precisamente por ese privilegio que decidió arbitrariamente homenajear al presidente de por aquel entonces, Bartolomé Mitre (1821-1906),
El 27 de Julio de 1891, en ocasión de una conferencia ofrecida en la sede del Instituto Geográfico Argentino, Popper relató: “A esta península, que puede decirse forma el extremo sur del continente americano, la bauticé con el nombre del eminente repúblico, del popular hombre de estado, teniente general Bartolomé Mitre”. No todo es épico en la huella de Popper.

La aproximación de un kayak a un bosque de macroalgas. FOTOS: REWILDING
Su exploración de la Península Mitre no fue parte de una acción militar para anexar territorios, como la llamada Conquista del Desierto, pero existen pruebas y acusaciones que vinculan al explorador con el genocidio del pueblo originario Selknam.
El momento es ahora
Martina Sasso lidera el principal proyecto de conservación que existe hoy en la Península Mitre. No está ajena lo político y debe lidiar, muchas veces, con acusaciones cruzadas de grupos detractores. Es miembro de la Fundación Rewilding Argentina, que se dedica a la compra, restauración y donación de tierras para la creación de Parques Nacionales.
Sasso es la cabeza de un grupo de activistas locales expertos en naturaleza. A su manera son los que más bregan para que la legislatura fueguina convierta en ley el proyecto de Área Protegida. Acuñaron un lema: “Sin azul no hay verde”.
Expedición la delgada línea azul. investigando fauna asociada con los bosques de macroalgas. FOTOS: REWILDING
“Es un momento clave del proyecto -dice Sasso-. Se establece en el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), que queda un 2% del mundo sin impactar por el hombre. La Península Mitre es parte de ese 2% de todo el planeta que no está impactado. En enero hicimos una expedición científica y repetimos un estudio que se hizo en 1974, obtuvimos los mismos resultados”.
“Lo que más afecta es el tema del turismo, hubo un boom del tipo de turismo que se hace. Hay cada vez más gente que entra a la península y si no tiene una protección de parte del Estado es un impacto constante. Estamos hablando del lugar que tiene mayor captura de carbono del país. Pero atención, porque el turismo es lo mejor que le puede pasar a un área protegida debido a que conecta al hombre con la naturaleza. Solo hay que establecer pautas para no impactar sobre un escenario tan prístino”

Una edificación refugio en Puerto Español, sobre la Bahía Aguirre, de la Península Mitre. FOTO: REWILDING
En 2013 por primera vez y en 2020 por última, la legisladora provincial Miryam Martínez presentó el proyecto que actualmente se discute para proteger a la Península de manera definitiva. A finales de 2020 el Gobierno provincial emitió un decreto para declararla de Interés Ambiental, Natural y Cultural, con el fin de otorgarle una categoría de conservación provisoria mientras se discute la ley.
Semanas atrás, durante una visita a Tierra del Fuego, el ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, se reunió con el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto. Allí abordaron el tema. “Sin dudas, es positivo que las provincias avancen en marcos normativos que ayuden a preservar nuestros patrimonios naturales y garanticen mecanismos para mitigar el cambio climático”, afirmó Cabandié luego de la reunión en su cuenta Instagram.

Las turberas desde el aire. La Península Mitre como una gran tierra incógnita, que se conserva en máxima pureza. FOTOS: REWILDING
A poco de que el año legislativo llegue a su fin, las expectativas para que el área cuente con un dictamen favorable son altas. Hace más de 30 años que los fueguinos esperan por su protección. La creación del Parque Provincial Península Mitre, finalmente, consiste en trabajar por la existencia de un planeta más justo.